La vitamina D ayuda al cuerpo a absorber el calcio, uno de los principales elementos que constituyen los huesos. Esta vitamina cumple un rol muy importante en los sistemas nervioso, muscular e inmunitario.

La deficiencia de vitamina D puede llevar a enfermedades de los mismos como la osteoporosis o el raquitismo.

La vitamina D también tiene otros beneficios para la salud, como proteger contra diversas afecciones, algunos tipos de cáncer, debilidad muscular, trastornos del estado de ánimo, diabetes, enfermedad renal, enfermedad cardíaca y presión arterial alta.

La vitamina K ayuda al cuerpo a construir huesos y tejidos saludables a través de las proteínas, por otro lado, contribuye con la producción de proteínas que ayudan a coagular la sangre.

Ambas vitaminas tienen un efecto sinérgico en la protección de los huesos por dos mecanismos diferentes, la vitamina D por absorción de calcio por vía intestinal y la vitamina K en la formación de los huesos a través de las proteínas.